En estos días económicamente convulsos, vemos con estupor como la confianza -esa mágica palabra que el mercado busca por todo el mundo- va desapareciendo. La confianza, la honestidad y la lealtad, son valores que se desvanecen en gran parte de las transacciones comerciales y financieras y que deberían ser su sustento y también el camino para conseguir los objetivos marcados. Lamentablemente, a día de hoy no lo son y han dejado sitio a la especulación, los beneficios desorbitados y al "todo vale".
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